Manilva, 07:45 horas, Fran, Paco P., José Luis y el que escribe, Eusebio-Sergio, nos disponíamos hacer, el segundo entrenamiento general para los ciento uno de Ronda. Era muy temprano y todavía permanecía encendidas las farolas, cuando entre bromas, empezamos a correr más que salimos del pueblo por una pista de hormigón, prometiéndonos subirla corriendo a la vuelta…
Seguidamente, tomamos una carretera que pasa por debajo del viaducto de la autopista A-7 y que salva la garganta de río de Manilva y que según nos comentaba Fran, tanto daño ha hecho en este entorno. Tras dejar el trote nos adentramos por un carril que pasaba por encima de los Baños Romanos y que según cuenta los historiadores, el mismo Julio Cesar comprobó los beneficios de sus aguas sulfurosas, las cuales, emanan del interior de su bóveda. Ya habrá tiempo de verlas desde más cerca, lo primero era lo primero y es que todavía quedaba mucho trecho y no sabíamos como iban a responder las piernas.
Ya divisábamos el bastión de Casares allá arriba, pero Fran, no lo iba a poner fácil, para ello tendríamos que cruzar varias veces el río, con algún que otra metedura de pies en sus gélidas aguas, barrizales que quería comerse las zapas, senderos ocultos que él solo sabe y todo esto picando para arriba.
Eran las 09:45 horas, cuando nos encontrábamos los cuatro sentados en un banco junto la fuente principal de Casares.
Tras un largo y pausado desayuno y antes de enfriarnos, ya salíamos nuevamente por una empinada calle hasta enlazar con la pista circular que enlaza el Puerto de la Viña y el Refugio de la Sierra Crestellina.
Hasta llegar al puerto íbamos andando, primero, porque las piernas ya picaban y segundo, porque las vistas que teníamos a nuestra derecha según subíamos merecían muy mucho recrearse la vista, pero al llegar a la barrera cogimos aliento y tras un, al ataque!!! ya nos encontrábamos pista abajo corriendo a tumba abierta. Fran y yo como no podía ser, íbamos picados, parecía que estaba en una de mis ultra, fue espectacular correr por ese tramo de pista viendo esos paisajes, no se cuantos kilómetros estuvimos corriendo, pero al llegar al cartel del mirador nos detuvimos a esperar a Paco P. y José Luis, pero sorprendentemente la espera no fue mucha y enseguida aparecieron los dos agrupándonos para acercarnos al mirador que estaba a escasos 200 metros y el cual, nos brindo la oportunidad a pesar de un nublado día, de unas magnificas vistas de la misma Sierra Cresteriílla, Sierra Bermeja y Casares como telón de fondo con la Costa del Sol a sus pies.
Desde allí mismo se podía observar la integridad del recorrido y lo que nos quedaba todavía para llegar y como todo era cuesta abajo.
Y allá que nos dispusimos a darle denuevo a las bielas y tras un breve respiro en el Refugio, seguimos por una trailera, la cual, estaba tan descompuesta, que tenias que tener los dos ojos bien abierto y el tercero bien cerrado, ufff… a eso le llamo yo bajada técnica y sin frenos, un poco más ajustado y tiramos a unos giris-fotografos por el terraplén je je je !!!
Nuevamente nos adentrábamos corriendo por las calles de Casares dando los buenos días y saliendo de este para pasar a estar rodeado de prados verdes y almendros en flor, he inroducirnos por el canuto del río de Manilva, era impresionante ver las formaciones rocosas que el mismo río había formado.
Nuevamente pasamos por los Baños Romanos, donde si esta vez y viendo que le ganamos una hora sobre lo programado, fuimos a verlo.
Eran las 13:30 horas y ya nos encontrábamos en Manilva, una hora menos de lo que en un principio teníamos pensado y eso que la ultima cuesta de hormigón nos lo puso difícil. Pero bueno, ya estaba todo listo y el segundo entreno finalizado, con un resultado de 28 kilometros en menos de seis horas, pero esta vez nos íbamos a desquitar del mal sabor del bar del “simpatico” y Fran nos llevo a una buena Tasca, "El Molino" en la que repusimos algo de las calorías perdidas. Como dijo José Luis, "hay que buscar otra ruta cerca de Manilva para finalizar en el mismo sitio".
