BIENVENIDOS AMIGOS !!!



En esta pagina podéis ver a un grupo de compañeros cordados en una misma ascensión y que no es otra que aventurarse en lo que más les apasionan: LAS MONTAÑAS; senderismo, alpinismo, espeleología, barrancos …son una muestra de las actividades realizadas por el EQUIPO A media horita durante todo el año.



Mario, Miguel Ángel, Javi, Fran, Manolo, José Luis y Sergio Eusebio son el grueso de este Equipo, pero no son los únicos, en numerosas ocasiones hay amigos que se deciden en dar un pasito al frente y nos acompañan en nuestras aventuras, vosotros podéis ser uno de ellos, animo y nos vemos en la cumbre…



Como no sabían que era imposible, lo hicieron.







Anónimo.

jueves, 10 de febrero de 2011

ASENSIO: CRÓNICA DE UN REENCUENTRO ANUNCIADO


Comienza un nuevo año, el 2011 para la ya dilatada historia de este grupo de amigos amantes de la aventura y, que mejor inicio que comenzar el año con una de las grandes clásicas del EQUIPO A MEDIA HORITA “la travesía de la sierra de las nieves” y la obligada visita a nuestro querido, entrañable y fiel amigo Asencio. Prestos a tan magna expedición nos encomendamos el pasado 31 de enero con la participación de Mario, Miguel Ángel, Sergio, Manolo y Javier, deslucida por la ausencia de nuestro amigo Fran, sin él la expedición ya no sería la misma, otra oportunidad perdida de volver a reunir al núcleo principal del equipo.

Una vez realizado el prólogo de la expedición, procedemos a relatar lo acontecido durante estos dos intensos y soleados días de invierno:

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Comenzamos la actividad a las 11:20 de la mañana partiendo del refugio de Félix Rodríguez de la Fuente, más comúnmente conocido como Quejigales, para ir tomando las primeras rampas de ascenso por la “Cañá” del Cuerno, la cual, conforme alcanzábamos cotas superiores iba pasando de un lodazal a los primeros neveros para terminar, cercanos al Puerto de los Pilones, en una preciosa pala de nieve que por suerte no nos abandonaría hasta llegar casi a los pies del Tajo de la Caína, en la vertiente opuesta de la Sierra de las Nieves. La ascensión por la “cañá” del cuerno discurre por un estrecho sendero rodeado de vetustos e impresionantes Pinsapos nevados y vegetación autóctona que nos traslada a uno de los últimos reductos de bosques originarios de la era terciaria, motivo por el cual y a causa de las obligadas fotografías, un meteorito (blanco) que otro y alguna broma espontánea, nos supuso más de dos horas llegar al Puerto de los Pilones.




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A partir de aquí comenzamos a descender con dirección al “Nevero de Tolox” donde repusimos fuerzas y donde Miguel ángel, pese a la insistencia de algunos miembros y como era de esperar, no quiso compartir los víveres con el resto de la expedición (ya sabemos como es el muchacho).







Seguimos dirección a la cabecera de la “cañá” de las Carnicerías, en la vertiente este de la Sierra de las Nieves y, dónde se encontraba nuestro destino, el pueblo serrano de Yunquera y, por ende, nuestro amigo Asencio. Una vez adentrados en la “cañá” de las carnicerías, comenzamos a descender con crampones dirección al mirador del caballo, parando antes a almorzar en el Tajo de la Caína donde disfrutamos de las impresionantes vistas del pico del picacho y la cañá en todo su esplendor, nuevamente, Miguel Ángel volvió a hacer de las suyas saqueando cuanta mochila despistá se encontraba y recibiendo una sonora bronca del respetable. Superado el mirador del caballo, procedimos a bajar por una pista forestal con dirección al pueblo y después de unas dos horas de tediosa pista forestal, llegamos al pueblo sobre las seis de la tarde, donde nos esperaba nuestro Asensio dispuesto a agasajar a tan ilustre comitiva, tal y como había aprendido en su dilatada experiencia al frente de la hostelería.



Ya en el Hostal, después de los pertinentes saludos con el anfitrión, procedimos a alojarnos en nuestras respectivas habitaciones dobles y a la espera de la reconfortante y merecida cena que nos tenía preparada nuestra querida familia Yunquerana. Hubo que lamentar un triste suceso que se produjo durante nuestra estancia y que tuvo a nuestro amigo Sergio como protagonista involuntario, ¡un individuo, en un descuido de nuestro amigo Sergio, sustrajo la estufa que caldeaba su habitación! ¡No se supo más de la misma!.



Superado el percance anterior y sobre las 9 de la noche procedimos a tomar asiento para la gran cena que nos esperaba. Nuestro amigo Asensio lo tenía todo preparado, la mesa con mantel junto a la chimenea, el salón calentito por exigencia de Mario, los cubiertos dispuestos y una botellita de rioja del 2001. Decir que Manolo Pedrero y Mario casi llegan a las manos debido a que ambos querían sentarse junto a la chimenea. Hubo que solucionar la disputa con una ronda a los “chinos”, la cual la perdió como es costumbre y habitual “Javier” y eso que no jugó. Superado el trance de la chimenea, comenzó la fiesta, cinco cervecitas de las que tenemos a medias Asencio ¿de a quinto? ¡¡No hombre!! ¡¡Las de a tercio picha!! ¡A mi me pone unas aceitunitas aliñás! Pos yo quiero unos garbancitos con espinacas, atún a la plancha y otra rondita de cervecitas que venía sequito de correr detrás de esta gente, etc., etc. Así hasta las 11 o las 12 de la noche, ya no me acuerdo bien. A continuación, el cambio de tercio como se diría en el argot taurino, que si ponte un whiskisito con sevenáp, a mi me pone un pacharán casero. ¡¡A mi me pone un licorsito sin alcohol que me duele la barriga!! Y así, ronda tras ronda hasta las dos de la mañana.



Al día siguiente, el desayuno con una buena rebaná junto a la chimenea, los posteriores abrazos y buenos deseos para Asensio y sobre las 11:00 de la mañana, vuelta a la pista de albero con dirección al Puerto del Saucillo donde llegamos después de unas dos horas aproximadamente. Desde este puerto, volvimos a tomar un sendero que después de subir varias rampas de pronunciado nivel con nieve y algunas zonas con hielo, llegamos a la peña de los enamoraos, donde paramos para hacer algunas fotografías por la belleza del lugar. Llegamos de nuevo al “Nevero de Tolox” donde hicimos una parada para degustar los exquisitos bocadillos que nos había preparado la panadera de Yunquera con tanto cariño y esmero, a modo de chascarrillo, decir que la pobre es una mijita desfavorecida pero “mu buena ente”. Al fondo y a la izquierda, se encontraba el majestuoso Torrecillas nevado que no nos dejaría de sorprender durante la travesía de vuelta. Llegamos al Puerto de los Pilones sobre las 3:30 de la tarde y tomando la pista con dirección a Quejigales, llegamos al coche sobre las 4:30 de la tarde.







Después de dos intensos días de pateo y de dormir poco, cualquier otro grupo hubiese pillao las de Villadiego para casita pero, tratándose del EQUIPO A MEDIA HORITA, todavía quedaban ganas de hacer alguna cosilla más, por lo que decidimos darnos un paseo por Igualeja y de paso hacer la vía ferrata que han instalado allí recientemente. Miguel Ángel y Sergio dispusieron a realizar dicha vía ferrata, mientras Mario, Javier y Manolo sucumbían ante las excelencias de un buen cafelito y una posterior cervecita de a tercio. La ferrata la dejarían para otra ocasión. Finalmente, sobre las 6 de la tarde, la vuelta a casa y, mientras, planeando por el camino otra nueva aventurita.