BIENVENIDOS AMIGOS !!!



En esta pagina podéis ver a un grupo de compañeros cordados en una misma ascensión y que no es otra que aventurarse en lo que más les apasionan: LAS MONTAÑAS; senderismo, alpinismo, espeleología, barrancos …son una muestra de las actividades realizadas por el EQUIPO A media horita durante todo el año.



Mario, Miguel Ángel, Javi, Fran, Manolo, José Luis y Sergio Eusebio son el grueso de este Equipo, pero no son los únicos, en numerosas ocasiones hay amigos que se deciden en dar un pasito al frente y nos acompañan en nuestras aventuras, vosotros podéis ser uno de ellos, animo y nos vemos en la cumbre…



Como no sabían que era imposible, lo hicieron.







Anónimo.

viernes, 1 de febrero de 2013

AL LADO DE MI VENTANA


Son las nueve de la mañana y tras saltar de la cama, hago el ritual diario de asomarme por la ventana. Mientras la abro y asomo la cabeza, pienso la infinidad de cosas que tengo que hacer, pero al girar la cabeza  para la sierra, lo veo claro. Hace un día magnifico, es enero, pero como si no lo fuese. Tras la taza de café y la tostada con aceite, me bajo al trastero y abro el baúl de la montaña y cojo lo justo para un par de horas. En medida hora, estoy en plena selva.

Esta vez y aprovechando las últimas lluvias, decido que me acompañe mi currada cámara, para llevarme un recuerdo de mi paso, esta vez, por el magnífico Rio de la Miel.

La ruta no iba ser solo contemplativa, el traje de faena lo tenía puesto y entre foto y foto, carrera por los senderos más espectaculares de la zona.

El primer punto del recorrido mañanero, fue el puente de estilo medieval que salva dicho rio, el cual, desde tiempos inmemoriales, era el principio de un largo peregrinar de la gente de este lado de la bahía, hacia la zona de la Janda y Cádiz.  Pensaba, las miles de personas que durante siglos, habrá transitado por su empedrado.

A continuación, sigo por el sendero pasando junto el antiguo molino del Águila, para en un par de centenares de metros, encontrarme con la primera cascada.

Molino abandonado del Águila.







El sendero oficial termina aquí, pero en verdad, se puede continuar por el cauce, aunque con buen criterio, esta zona del rio, está restringida el paso para filtrar gente ajena a este entorno que no saben apreciar ni cuidar esta maravilla. Aun así,  mientras me adentro, me encuentro algún que otra contaminación visual, clínex de papel y cascaras de alguna mandarina. Que trabajo costara llevártelo a casa, si no pesa nana.

 

La última vez que me adentre por este entrono, el cauce llevaba mucho más caudal, pero aun así, hubo que remangarse para cruzar de una parte del rio a otra, ya que las piedras que se utilizaba para saltar al otro margen, estaban cubiertas.



Quejigo centenario, resistiendo a caer.






Enseguida llego a la famosa cascada de Cola de Caballo. Espectacular!!! tanto desde abajo, como desde arriba.

Casacda Cola de Caballo.


Salto del agua de la cascada.


Cola de Caballo desde arriba.

Al destrepar un poco por el margen izquierdo de la cascada, sigo por el sendero, que pronto desaparece, tocando nuevamente cruzar el torrente. Ni me preocupo por donde cruzarlo.



Si os fijáis, entre los árboles, se encuentra atrapados troncos y piedras de una crecida del río. Imaginados el caudal que puede alcanzar.





Caminado pegado al caudal, llegamos a una zona de caos que se encajona desde lo alto, dando una espectacularidad, observando como el agua, busca salida por esas paredes.
 

Tras recuperar el aliento, paso al margen izquierdo del rio por un sendero, el cual, a los pocos metros se va alejando del cauce del rio, ascendiendo hasta la senda de los Prisioneros, por la llamada la senda de los Madroños.



Todo, árboles, piedras, esta cubierto de musgo.


Pero hoy no sería la alternativa que cogería, si no la otra senda del lado opuesto donde me encontraba, que tras ascender unos doscientos metros, conectaría con el sendero de los Arrieros o llamada también como San Esteban. Pero antes y aprovechando la cercanía de la cascada de las Cabezuelas, fui a echarle un vistazo. Os parecerá exagerado, pero os aseguro que si llego tener algo con que secarme, me fuera dado un chapuzón. El sol estaba entrado a esta poza y se estaba de lujo en este pequeño rincón.

Cascada de las Cabezuelas.



Tras retomar nuevamente fuerzas, cruzo por última vez el rio de la Miel y empiezo ascender por el sendero, hasta enlazar con la de San Esteban. Aquí pongo la quinta, bueno cuarta, ya que el sendero está muy descompuesto en algunas zonas y ya no dejaría de correr hasta llegar nuevamente al Molino del Águila. Refrescando el gaznate en la única fuente de la zona, llamada de las Niñas y atravesar nuevamente el puente llegando al final del recorrido.





Cruzando el rio por última vez.

En el camino de vuelta, me encontré varios excursionistas, las cuales, les pido disculpas por el inesperado susto de su pausada andada, al ver un canijo revoleado, saliendo de la nada. También me encontré un grupo de estudiantes acompañados por sus profesores, los cuales, se afanaban en explicarles todo aquello. Lo típico, algunos con interés y otros intentando ligarse a la compi obviando las explicaciones y el gracioso de la clase preguntando a un patas alambre con mochila que le doblaba la edad que si a Jimena se iba bien por allí. “”Jartandose” de reír el resto de sus compañeros, cuando le contesto de que no, que hacia Gandia Shore.

La Selva y Gibraltar al fondo.

Bueno y esto fue todo. Al llegar a casa, cierro la ventana del cuarto que me la deje abierta para ventilar y vuelvo a mirar hacia la sierra, antes de ponerme con la rutina. Y me digo, que suerte de disponer un par de horas y tener esta maravilla al lado de mi ventana.

1 comentario:

  1. ¡¡¡¡¡¡GERARDOOOOOO!!!!! ¡¡¡¡AONDE TE METEEEE!!!!

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