BIENVENIDOS AMIGOS !!!



En esta pagina podéis ver a un grupo de compañeros cordados en una misma ascensión y que no es otra que aventurarse en lo que más les apasionan: LAS MONTAÑAS; senderismo, alpinismo, espeleología, barrancos …son una muestra de las actividades realizadas por el EQUIPO A media horita durante todo el año.



Mario, Miguel Ángel, Javi, Fran, Manolo, José Luis y Sergio Eusebio son el grueso de este Equipo, pero no son los únicos, en numerosas ocasiones hay amigos que se deciden en dar un pasito al frente y nos acompañan en nuestras aventuras, vosotros podéis ser uno de ellos, animo y nos vemos en la cumbre…



Como no sabían que era imposible, lo hicieron.







Anónimo.

miércoles, 14 de julio de 2010

INTEGRAL SIERRA NEVADA.IVParte.

.…Eran las seis y media de la mañana y me hallaba yo abducido mirando como daba vueltas la cucharilla en el té, en todos se nos reflejaba la preocupación de lo que nos deparaba, en un principio, había que desandar lo andado y remontar Río Mulhacén hasta llegar a lo alto de Loma Pelá, justo donde nos habíamos quedado el día anterior, pero ilusión y ganas no nos faltarian, y con las mismas salíamos del Refugio del Poqueira acompañados por Miguel Ángel, José Luis y Raúl que tras un breve pateo juntos nos deseamos suerte y se alejarón en busca del Mulhacén, mientras nosotros buscado las proximidades de La Caldera donde empezaríamos a coger cota por una empinada pala de nieve hasta la cresta de Loma Pelá, desde allí mismo, pudimos divisar fácilmente como llegar al Veleta, nuestro inmediato objetivo y como entre nosotros y el Puntal de la Laguna Larga se encontraba infinidad de grietas chungas.

Tras un breve descaso continuamos cramponeando por los Crestones del Río Seco, "es una maravilla esta ruta me esta gustando", me decía mientras esperábamos por un paso dificultoso a que pasase un compañero montañero que venia en dirección opuesta a ala que llevábamos, cuando se encontró a nuestra altura nos saludamos y le preguntamos como estaba la ruta, y nos explica que un poco expuesta a las cornisas por la zona de los Vasares del Veleta, que no nos entretuviésemos mucho por esa zona, le dimos las gracias y emprendemos la marcha con vistas a ver como eran esas temibles cornisas y tras un corto pero intenso trayecto sobre nuestras cabezas se hallaban estas, eran impresionantes, en algunas zonas la cantidad de nieve acumulada era tal que parecía que en cualquier momento se podría desprender y producir una avalancha y sepultarnos, eran las doce del medio día y el calor apretaba y aunque mis compañeros no parecían preocuparles aquella imagen yo intentaba que no se entretuvieran mucho y continuamente les decía que continuáramos y saliéramos de allí.
Tras un duro ascenso y con un desnivel el cual te hacia casi tumbarte dando fuertes golpes con el crampón en la nieve para hacer un poco de escalón y a la vez asegurándote clavando el piolet como si de una pared vertical se tratase,El soplido que lance tras el ascenso, creo que se oiría en toda la sierra, pero lo habíamos conseguido y ya estábamos junto al Refugio de la Carihuela, la cual se encontraba medio engullida todavía por la nieve, soltamos la mochila y corriendo esta vez sin crampoenes llegamos a la cima del Veleta, desde allí, podíamos ver su famoso Corral, la impresionante cresta que llega al Cerro de los Machos, pero cuando miro hacia el lado opuesto la imagen que veo a parte de bellísima es abrumadora, tras numerables picos, allá a lo lejos, pero que muy a lo lejos, veo la inconfundible silueta del Pico del Caballo, madre mía lo que nos queda… para colmo, una llamada de mi mujer, me confirma el estado del tiempo que nos dio el chaval del Poqueira, para esta tarde-noche estaba previsto que entraran las primeras nubes con posibilidades de lluvia débil y viento moderado, pero que para la mañana siguiente empeoraba con lluvia moderada y con vientos de fuertes a muy fuertes, cuando doy la noticia a los compañeros se les quedo la misma cara que a mi, solo Mario con su habitual, "no pasa nada, vamos a comer algo y ya veremos como planteamos el tema."

Eran la una de la tarde y nos encontrábamos sentados almorzando en lo alto del techo de la Carihuela, mientras, planeábamos que hacer, por lo pronto descartar Los Tajos de la Virgen ya que aparte de no conocer sus cretas sabíamos de lo expuesto que eran andar por allí y aun mas si cabe con numerosas cornisas y gritas que se veían, por lo que cuando aun me estaba colocando el primer crampon el resto ya se encontraban en marcha dirección a los Lagunillos de la Virgen para seguidamente ir cogiendo cota en una interminable ascenso dirección al Refugio del Elorrieta encima nuestra, mientras, los Tajos nos desafiaban continuamente con sus crestas infranqueables, con su nieve perpetua por este año," ya caerán", me decía mientras ascendía y las bordeábamos, debajo un espectáculo los Lagunillos en color turquesa te invitaban a hacer un receso, pero no por mucho tiempo la noche se preveía cerca y el ruinoso refugio donde en un principio haríamos noche se encontraba muy arriba.
Eran las tres y media de la tarde y nos encontrábamos ya al pie del refugio, buena hora decía nuestro optimista Mario, pero encima de Granada ya se veía un manto de nubes, aunque poco amenazantes, delante nuestra el valle del Lanjarón y aun muy lejos el Caballo, era la hora de tomar decisiones de nuevo, Mario cogió la sartén por el mango y puso las cosas claras y es que no le hacia ninguna gracia quedarse en lo alto de estas montañas en pleno temporal, el resto asentamos la cabeza, cogimos las mochilas, no las echamos a la espalda y “pa lante”, en nuestros rostros se notaba ya el cansancio de la jornada, llevábamos más de ocho horas caminando, Manolo le habían salido unas rozaduras enormes en los talones a causa de la presión de los crampones y yo estaba con mi habitual sobrecarga en la espalda, pero no quedaba otra cosa, de hecho Mario nos alentó con su habitual mentiras piadosas
-Venga !!! que a las siete estamos haciendo cumbre en el Caballo…

Lo veía tan inalcanzable… una cresta más, otra pala de nieve, cuidado con no pisar la cornisa…
Sobre las cuatro y media decidimos hacer una parada y hacernos una foto en la cumbre del Cartujo, eran impresionantes ver ese valle cargada de nieve y lagunas como la llamada Cuadrada descongelándose, si para mi las nortes del Mulhacén y Alcazaba es mi imagen preferida y quizás para la mayoría de todos, esta otra cara de la sierra no desmerecía para nada, pasábamos por varios tres miles más pero la premura de llegar nos impedía pararnos para hacernos las fotos protocolarias, cuando… ostia !!! ya estaba todo gris, las nubes habían entrado en décimas de segundo, mochila al suelo y ha buscar la chaqueta técnica, gorro, guantes, bragas… la sensación térmica había bajado por lo menos diez grados, Fran que se encontraba más adelantado había desaparecido, tras varios avisos aparece entre la niebla..ufff……!!! La cosa se pone fea, el desanimo nos inunda nuestro espíritu montañero, el Pico del Caballo había desaparecido igual que la senda que llevábamos, Manolo no decía nada, Fran decía que solo nos faltaba uno, el ultimo tres mil para completar nuestra integral, pero que no lo veía nada claro, yo le decía que la montaña es así y que se le va hacer, pero si hubo una persona que no daba su brazo a torcer ese no era otro que Mario, gran experto montañero, que en otras numerosas situaciones delicadas nos ha sacado, nos comenta que no nos preocupemos, que intentemos ver entre la niebla algún hito, mojón o vereda a seguir, así anduvimos no se cuanto tiempo sin saber muy bien si el camino era el que debiéramos seguir, cuando… era increíble, en aquella penumbra que no se veía a más de diez metros, del mismo modo que se metieron fue abriéndose las nubes.. Imaginaos, todo estaba cubierto, pero el único claro que se abrió era par iluminar nuestro ultimo objetivo, los últimos rayos del sol de la tarde incidía en toda la loma del Pico del Caballo era como si estas montañas nos premiara el enorme esfuerzo hecho durante estos días, era increíble, del desanimo total, a la alegría más absoluta, tiramos las mochilas y salimos como un rayo hacia la cumbre, era fabuloso, recuerdo felicitarnos todos allá arriba, nuestras caras lo decían todo, satisfacción y alegría y que se yo, por haber conseguido NUESTRA INTEGRAL.

Eran las diez de la noche y tras quince horas de marcha ya nos encontrábamos junto las ruinas del Cortijo de Echevarria junto a su acequia, cenando allí con Granada al fondo iluminada no tenia precio, aunque te estés comiendo unos espaguetis de paquete.
Y ahora si, tras una larga pateada al día siguiente desde el cortijo hasta Nigüelas, ya nos encontrábamos sentados en la mesa con nuestras raciones variadas y como no nuestras grandes jarras de cerveza bien fría, que bien sabe todo esto… tras cinco días de andadas, cuatro de ellas a más de Tres mil metros, una ascensión acumulada de siete mil metros, solo quedaba una cosa, alzar nuestras jarras y brindar por nosotros y nuestro Equipo A media horita, Enhorabuena…..!!!!!

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